El pasado mes de julio se cumplía un año de que un imprudente desalmado nos arrebató a Mario Zumaquero. El vínculo entre la Gran Vuelta Valle del Genal y Mario era especial, de esos amigos que aunque solo veas una vez al año, sientes cada día que están ahí.
A lo largo de este tiempo le hemos mantenido en nuestra memoria y lo hemos recordado como lo que fue: Un buen deportista, una mejor persona y enamorado de nuestra prueba y de nuestro Valle.
Desde la Gran Vuelta sentimos que debíamos hacer algo para homenajearlo, no porque fuese mejor ni peor que nadie, ni porque nos quisiera mas que nadie, no, simplemente porque nos lo salia  muy desde dentro. Por ese motivo, desde esta edición, retiramos de nuestra lista de dorsales el último que vistió Mario en la Gran Vuelta.
Colgamos para siempre el dorsal 382